lunes, 2 de abril de 2007

Rectificar o salir del paso y el pollo robado

El viernes pasado en Telecinco dieron una muestra del respeto que tienen a las reglas del periodismo y al derecho de los ciudadanos a recibir información veraz. En Caiga Quien Caiga (CQC) emiten cada semana un reportaje-denuncia dentro de una sección llamada Proteste Ya. Generalmente están muy bien porque dejan en evidencia a alcaldes de pueblos pequeños en los que actúan como si fueran caciques y sólo con la intervención de un programa de televisión se dan cuenta de que no se puede actuar así. Sin embargo, el viernes al terminar el programa -que mis amos no vieron porque fueron al cine, así que sólo pillaron el final- emitieron un mini-espacio en el que salían imágenes de una fábrica y una voz monótona que admitía a toda velocidad que la fábrica no actuaba de forma ilegal, que tenía permisos para hacer su trabajo, que los residuos que emitía estaban controlados... ¿Qué era eso? ¿Una rectificación o simplemente querían salir del paso? ¿Por qué no le dieron la importancia que merecía, la misma que le habían dado a la hora de emitir el reportaje? Como bien dice hoy Javier Pérez de Albéniz en su blog, le tendrían que haber dado más relevancia, introduciendo opiniones de los afectados y colocando la rectificación exactamente en el mismo lugar del programa, es decir, en medio de la emisión, y no al final, después de los títulos de crédito y con el tono de "esteanuncioesdeunmedicamento. Consulteasumédicoofarmacéutico..."
 
Por cierto, que por mucho que Manel Fuentes sea un buen presentador, se echa de menos a Wyoming en el CQC (todavía alucino, tiene una entrada en la Wikipedia). Nadie puede igualar su lengua afilada, su humor hiriente, su réplica tan rápida. Mis amos tienen un amigo que antes se parecía mucho a él: era divertido y mordaz. Pero desde que se ha incorporado a la vida laboral está más serio, más triste, más aburrido. ¿Estará reñido el trabajo con la ironía? ¿Hace falta tener mucho tiempo libre para ser ocurrente? Mmm... quizá.
 
PD: El sábado comí un hueso de vaca y luego robé medio pollo de la cocina de mis "abuelos" humanos. Estoy suelto de la tripa. El domingo hice levantarse a mi ama alas CUATRO Y MEDIA DE LA MADRUGADA porque tenía que vaciar urgentemente mis maltrechos intestinos. He pasado un fin de semana un tanto raro. No volveré a robar un pollo (¡¡tonterías!! soy un perro y lo volveré a hacer en cuanto me den la oportunidad, no nos engañemos...). Auuuuuuuuuu.

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