viernes, 20 de abril de 2007

Nosotros también tenemos nuestras necesidades


Y con eso me refiero, claro que sí, a las necesidades sexuales. Ya sabes, llega la primavera y cualquier cojín, edredón o montón de ropa fácilmente estrujable nos parece digno de monta. Para estos casos se ha inventado una muñeca hinchable para perros, que puedes ver con foto y todo aquí . Aunque realmente no es muy guapa, tiene lo que hay que tener. Y con eso lo he dicho todo.


En mi caso, y pese a que estoy castrado, también tengo necesidades -menos perentorias que antes de la esterilización, cierto, pero las tengo-. Y cuando me siento "cariñoso" lo que más me gusta es un elefante de peluche que antes tenía mi ama colocado encima de la cama a modo de adorno. Antes del elefante hubo un dragón -también de peluche- y un pato enorme. El pato era estupendo, porque al ser tan redondito resultaba muy conveniente, pero se rompió con facilidad. El elefante aún sobrevive, pese a la fatal pérdida de un ojo y la consiguiente abertura por la que se le sale el relleno.


El caso es que desde mi adolescencia la ama no ha vuelto a poner peluches en la cama. Ella dice muy dulcemente que para eso me tiene a mí. "Es mi peluche vivo", afirma, y me abraza. Pero en realidad creo que estaba harta de que me cargase sus muñecos. ¿Qué opinas tú? Yo mientras tanto, me quedo sentado mirando el armario en el que guarda el elefante de peluche. Lo mismo se apiada y me lo deja un rato, jeje. Guau.

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